Así lo demuestra agresiones en Taquería Guelaguetza en Querétaro

Piden impulsar nueva política de desarrollo humano que fortalezca la educación preventiva de cualquier forma de violencia.

“Las agresiones ocurridas en Taquería Guelaguetza en Querétaro que comenzaron con una pelea entre dos personas y culminaron con golpes por parte de un taquero a una mujer (http://www.milenio.com/estados/taqueria_queretaro-guelaguetza-mujer_golpeada-meseros_taqueros-milenio_noticias_0_841116004.html), son una muestra clara de que la violencia no respeta género, ni derechos humanos. Por tanto, es necesario impulsar una nueva política de desarrollo y protección de la dignidad humana que fortalezca la educación en todos los niveles educativos en temas de autoestima, manejo de emociones, resolución de conflictos y consecuencias del abuso del alcohol u otras sustancias para contribuir a prevenir la violencia que afecta el ámbito personal, social, familiar, institucional, laboral, etc”.  Así lo manifestó Manuel Edmundo Ramos Gutiérrez, Maestro en Estudios de Género, Identidad y Ciudadanía por la Universidad de Huelva, España.

En el mismo sentido, Ramos Gutiérrez que también preside la organización SOS Discriminación Internacional Querétaro recordó que la Organización Mundial de la Salud (OMS), indicó que «la violencia es una de las principales causas de muerte, a nivel mundial, para las personas de entre 15 y 44 años». A la violencia se le atribuyen, en promedio, el 14% de las defunciones de varones y el 7% de mujeres. Y por cada persona fallecida como resultado de la violencia extrema, existen muchas otras que padecen consecuencias derivadas de violencia física o psicológica en forma de abuso, maltrato o intimidación infantil, violencia doméstica y de género, acoso laboral y discriminación social.

Existen múltiples factores que detonan una reacción violenta como la baja autoestima, pensamientos limitantes, falta de control en emociones e impulsos, haber sufrido algún tipo de violencia, abuso de sustancias como el alcohol u otras drogas, entre otros.

Por ejemplo, diversos psicólogos y especialistas en el tema indican que cuando no logramos expresar nuestro enojo de manera saludable, es decir, a través de la comunicación y se elige ocultarlo o tratar de suprimirlo, se puede convertir  en agresión pasiva, una conducta donde los sentimientos de agresión no se expresan abiertamente, sino a través del resentimiento, la terquedad o el culpar a otros para evitar la propia responsabilidad. Entonces el enojo que no se expresa de manera saludable, si es extremo e incontrolado puede desencadenar ira que  fácilmente conduce a la violencia.

Nadie enseña a las personas a valorarse y respetarse a sí mismas, por eso no aprenden a poner límites cuando alguien quiere abusar e incluso agredirles. Por eso, es necesario brindarles las herramientas para fortalecer su autoestima y proteger su dignidad que es la base de los derechos humanos.

Debemos aprender que la violencia no es natural, la aprendimos y que podemos buscar ayuda para modificar nuestra conducta de una manera positiva, que nos permita no violentarnos a nosotros mismos, ni violentar a los demás.

Finalmente, el también defensor de derechos humanos destacó la importancia de que las personas debemos entender, que pedir ayuda no es signo de debilidad; por el contrario, indica valentía para defenderse a sí mismo de cualquier forma de violencia o situación que ponga en riesgo nuestro desarrollo integral humano.

 

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