AMLO EL ESPIRITUALISTA «BATEA A GOBERNADORES PANISTAS» POR HACER POLITIQUERÍA

 POR HÉCTOR PARRA RODRÍGUEZ

Fin y principio de semana tormentoso. El pasado fin de semana el Presidente Andrés Manuel López, presentó a través de las redes sociales su decálogo de buenas intenciones, dirigido al pueblo de México, lleno de amor y paz –paz, paz, paz-, abarrotado de profunda hipocresía de espiritualidad, supuestamente para salir bien librados de la pandemia del Covid-19; en su decálogo promueve las buenas relaciones, alejarse del egoísmo, de los vicios, eliminar actitudes xenofóbicas, “amor y paz”.

Al siguiente día del decálogo  se reúnen los gobernadores panistas en el Estado de Guanajuato, Municipio de Dolores Hidalgo, quienes llegaron al acuerdo de exhortar al Presidente de la República, a cambiar de rumbo; señalan que sí se puede vivir en libertad y en prosperidad; que se propicie la unidad de todas y todos; que se lleve salud a cada uno de los hogares; que se recupere la tranquilidad en las calles; que se defienda la democracia y sus instituciones; que se haga de México un país de instituciones.

El acuerdo que suscribieron los gobernadores, lo dieron a conocer en las redes sociales. Para cualquiera que esté enterado de las políticas públicas del Presidente de la República, fácilmente podrá deducir que las peticiones a López Obrador, indican claramente que el Presidente hace todo lo contrario a lo piensa y hace el jefe del ejecutivo. Los gobernadores promueven un cambio de 180 grados en las políticas del gobierno de la 4T, simplemente exigen a López deje de abusar del poder que practica a placer, violentando desde la Constitución y leyes reglamentarias. Luego estuvieron –volverían- las manifestaciones de inconformidad de miles y miles de mexicanos –automovilistas- que piden la salida pacífica de López Obrador, de la Presidencia. Activo fue el fin de semana.

El Presidente estaba desesperado por dar respuesta a todo. Esta mañana de lunes, olvidándose de su catálogo de “buenas intenciones”, Andrés Manuel López, volvió a su verdadera personalidad, la violenta, agresiva, pendenciera, provocadora, cínica y mentirosa. Increpó a los gobernadores por su acuerdo, los amenazó y calumnió, como es su hábito cotidiano, su costumbre, su cultura. Así que el catálogo lleno de espiritualidad, la búsqueda de la espiritualidad a la que convocó no sirvió para maldita la cosa, la tiró a la basura. Luego seguiría la perorata.

Así que espetó a los gobernadores e inconformes manifestantes. Entre otras cosas, en su mañanera destruyó su “bondadosa de espiritualidad”. Primero fue cuestionado sobre el “catálogo panista”, pero no abundó en ello limitándose a señalar: «Lo que pasa es que vienen las elecciones. Ya van a haber elecciones en 15 estados de los 32. Entonces, se quiere tener un posicionamiento político. Es legítimo. Se entiende». Acorde con su respuesta, significa que solo él pude proponer, los otros solo obedecer. Los gobernadores no pueden impulsar políticas de sumar esfuerzos. Luego seguiría espetando: Pidió a la oposición actuar con «responsabilidad», advirtió: «No me voy a dejar o permitir que se menosprecie o ningunee a la investidura presidencial» ¿Para qué hacer referencia a las pasadas acusaciones que hizo el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, sobre el presunto origen en los «sótanos de la Ciudad de México» de las protestas que ocurrieron en esa entidad tras el asesinato de Giovanni López, a manos de policías municipales? Como todo pendenciero, busca pleito donde no lo hay. Él acusa, los otros no pueden hacerlo y no respeta la investidura de los gobernadores, electos por el pueblo.

También manifestó López que en esas acciones no ve ni un agrupamiento golpista ni un movimiento separatista –no lo hay-: «Es un asunto político, y estrictamente, llamando a las cosas por su nombre, diría politiquero»; «quieren aprovecer con oportunismo la situación» ¿Acaso él no lo hace diariamente en sus conferencias cuando ofende y acusa sin razón alguna? Acostumbra a decir más mentiras que verdades ¿Acaso Andrés no hace diariamente politiquería con sus programas clientelares y con sus obras insignes? ¿Acaso no dijo que la pandemia le caía como anillo al dedo?  ¡El cinismo es su investidura presidencial!

Luego reviraría en contra de las protestas del fin de semana- Habló sobre la inconformidad que algunos ciudadanos manifestaron, afirmando que es un derecho que había que respetarse ¡Por supuesto! Sin embargo lanzó más de sus mentiras: «Le tengo mucha confianza al pueblo. Yo llegué por el apoyo de los mexicanos, de la mayoría de los mexicanos, de miles de mexicanos que me apoyaron. En la democracia es la mayoría la que manda y decide». «No hemos tenido un desbordamiento social. Lo de las protestas en carros lo hacen de manera ordenada. No hay violencia política. No hay saqueos. ¿Por qué? Como nunca en la historia del país se había dado tanta atención al pueblo, sobre todo a la gente humilde, pobre». No él mismo cree en sus mentiras. Miles que votaron por él, están arrepentidos de haberlo hecho.

¿Atención al pobre? ¿Socarronamente no se ha dado cuenta de la pérdida de más de un millón de empleos formales, de los 12 millones de trabajadores que no han cobrado salario por el “quédate en casa”? ¿Y los anarcos de Jalisco y la CDMX que causaron daños por 22 millones de pesos –solo en la CDMX- no es violencia? ¿Los casi 50 mil homicidios en lo que va de su mandato, no es inseguridad, ni violencia? ¿En qué mundo espiritual vive el Presidente.

Conclusión. Quien sí realiza actos de “politiquería” es el mismo López Obrador. Desde que inició su gobierno prepara sus huestes para las elecciones de 2021, por eso debe aumentar su clientela de “pobres” para que voten por su partido. Por eso su deseo de empobrecer al pueblo, matar las ideas de superación, que todo sea espiritual y no aspiren a superarse. Todo un sermón. Su catálogo de preñado de falsa espiritualidad es una farsa, lo belicoso, pendenciero y cínico no se le quita. Las propuestas panistas no son bienvenidas para él, claro, estropean su plan de seguir dividiendo a los mexicanos, de continuar empobreciendo al pueblo, bajaría el índice de criminalidad y de muertos, se crearían empleos; políticas públicas con las que no “comulga” López. No es práctica de la izquierda. López cabalga en la revolución que empobrece al pueblo sin el uso de armas, la realiza por medio de políticas anarquistas, dilapida el dinero público y cimenta la corrupción. Por cierto ¿Existe el resto de la oposición? Permanecen callados. Siguen atolondrados.

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