Un verdadero embrollo jurídico-político se ha convertido todo esto de lo que ahora se ve como una sorpresa eso de la supuesta venta del histórico Teatro de la República.

Hay mucho que decir y mucho que informar de parte de la Fundación “Josefa Vergara y Hernández” quien hasta el momento se dice dueña del inmueble. Por muchos años la inmensa mayoría de los queretanos y de los mexicanos que visitan este recinto pensamos que era propiedad del gobierno ya fuera estatal o federal.

Menuda sorpresa nos llevamos todo y decir todos es que fuimos todos los que en esta ciudad habitamos y quienes nos visitan de muchos lugares, al enterarnos que el Teatro estaba en venta por la friolera de ¡100 millones de pesos! Ni más ni menos

Ayer en un comunicado la fundación en la persona del titular Jaime Olivarez Garcia deja en claro que “no está en venta y se trata de que este bien pase a manos de todos los mexicanos”. Por fin si está en venta o no está en venta, debe decirse que sí se busca un lucro pero exclusivamente se venderá a los gobiernos estatal o Federal.

Pero como el Gobierno del Estado de Francisco Domínguez no cuenta con ese dinero, seguramente será el gobierno Federal de Enrique Peña Nieto quien apoquine los 100 millones y los mexicanos podamos decir que ahora si es nuestro tan importante monumento histórico.

Qué está pasando cuando la autoridad no informa o no da a conocer lo que todos los ciudadanos debemos saber para no llevarnos sorpresas de este tipo, que aunque jurídicamente sean legales políticamente son incorrectas porque nadie espera una noticia de esa índole.

Hace unos días el gobierno municipal de Marcos Aguilar apenas acaba de mencionar que la Alameda Hidalgo recientemente ya era propiedad de todos los queretanos porque apenas se tenía la documentación completa que tutelaba el bien a nombre del municipio.

Con todo esto no vayamos a salir en unos días que Los Arcos de Querétaro no son del gobierno y pertenecen al Marques de la Villa del Villar del Aguila  y que también los están poniendo en venta. Sospechoso, raro, increíble, sea como sea es un hecho que llama la atención o es que a lo mejor alguien si          quiera ganarse esos 100 millones de pesos y se pone como pantalla la beneficiencia pública.

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