TRAS LA VERDAD
MÉXICO AVANZA HACIA UN SISTEMA AUTORITARIO
POR HÉCTOR PARRA RODRÍGUEZ
Jueves 19 de diciembre de 2024.- El aparato gubernamental continúa con la farsa de las elecciones judiciales para apoderarse del sistema de justicia, con lo cual pretenden alcanzar el objetivo planteado por el expresidente: el control absoluto de los 3 Poderes Públicos.
El INE en una encrucijada. No le alcanza el dinero para llevar a buen puerto el proceso electoral que ha iniciado con la aprobación de 92 millones de pesos para aplicarlos a capacitación y organización del proceso. Violando las suspensiones judiciales.
El sucio manoseo por parte de los organizadores -los 3 Poderes Públicos- de todos los nombres de los aspirantes a ocupar los cargos en el Poder Judicial en juego, es más que evidente.
No les importa guardar las formas, nada, simplemente llevar a sus allegados a toda costa para la colonización del Poder que se resiste sin poder soltarse de las amarras que le impusieron los legisladores y la presidente de la República, por medio de las reformas constitucionales.
Un juego tramposo, parecido al de la “bolita”, en donde siempre gana el dueño que impone las reglas del juego, mientras los tontos apuestan con la ilusión de ganar.
A falta de dinero, los consejeros del INE se dividen. Pidieron más de 13 mil millones y les redujeron el 46% de lo solicitado; aquí no queda todo, ahora no saben si con 7 mil millones o 6 mil, 132 millones de pesos les alcance; aunque otros insisten en pedir una ampliación de 2 mil, 500 millones de pesos más.
La presidente Sheinbaum, que de todo opina, afirmó que sí les alcanza el dinero, que no habrá elecciones constitucionales el año próximo, por lo cual, dijo, no hay dinero para los partidos políticos; falsa afirmación de la señora, los partidos reciben prerrogativas todos los años, haya o no elecciones.
En la Sala superior del TEPJF los magistrados se dividen en el criterio de la distribución de los distritos judiciales, por aquello de dejar sin la posibilidad de votar a muchos electores, como así será; todo por pretender empatar distritos judiciales con distritos electorales; 29 distritos judiciales en todo el territorio nacional, en tanto que los distritos electorales son 300. El TEPJF tiene 5 salas regionales, cómo votarán los electores. Y la enfrentan más juicios por violaciones a los derechos humanos.
Dada la obvia escases de dinero para implementar adecuadamente la organización de las casillas electorales, nunca podrán instalar las 145 mil que se pusieron en las pasadas elecciones constitucionales. Todo un desastre bien organizado.
En las boletas para elegir a jueces, magistrados y ministros, en la mayoría de los casos habrá más de una docena de aspirantes a cada cargo y muchas boletas. Ningún elector tendrá la capacidad de conocer bien a bien a los candidatos, ni por asomo; pero alguno de los miles de participantes habrá de quedarse con el cargo judicial.
Morena aleccionará a sus huestes para que acudan a votar por aquellos que les indiquen. Por ello no cabe la menor duda que las elecciones judiciales son una burda a la inteligencia de cualquier persona, por ignorante que esta sea. Un teatro con una pésima obra montada para diversión o entretenimiento del pueblo.
Y lo que nos falta por ver del desastre que se sustentó en el capricho de una persona que diabólicamente ideó para destruir al Poder Judicial, todo porque no se subordinó a la voluntad del dictador.
Cada vez es más vergonzosa la actitud de aquellos que continúan con la farsa de las elecciones judiciales. Sin dinero, sin organización, con trampas, sin una legislación clara que disipe cualquier duda. Toda una burda y maquiavélica simulación.
Una vez que Morena tenga el control del Poder Judicial, México estará arribando al peor sistema de gobierno, el gobierno autoritario, caracterizado por la dictadura.
Otro problema que México enfrentará -ya empezó-, además de lo expuesto, es el desgarramiento entre las tribus morenistas que le disputan el poder a la presidente Claudia Sheinbaum, ante la evidente falta de liderazgo propio; AMLO le dejó un gabinete que no controla la presidente. Otros reclaman sus espacios de poder.