#TRAS LA VERDAD

INCIERTO FUTURO POLÍTICO DE MARCELO EBRARD

POR: HÉCTOR PARRA RODRÍGUEZ

Desvelado el resultado del proceso electivo de la coordinadora del Frente Amplio por México, queda pendiente la formalización de la “encuesta” de López Obrador, para declarar como “ganadora” a la elegida de antemano por el mismo Presidente de la República.

Marcelo Ebrard sabía del sucio juego de AMLO y a pesar de ello confió en que podría cambiar de opinión el hacedor del proceso interno de Moreno. No fue así. Por el contrario. El respaldo, aunque lo niegue López, fue cada vez más evidente en favor de Sheinbaum. Ebrard tuvo que manifestar su inconformidad y presentar denuncia pública del “coquinero”.

Legisladores morenistas también presentaron denuncias por los burdos acarreos e intromisión oficial del personal de la Secretará de Bienestar, lugar en el que se ubican los grupos de choque, de movilización; vamos, son los operativos denominados por el mismo López como los “siervos de la nación”. Todos a cargo de la nómina federal. Del resultado de las denuncias no se sabe nada.

Al INE llegaron algunos documentos de las quejas de los morenistas, combatiendo el fraude electoral desde dentro de su partido, que se ha mimetizado con el gobierno. De pronto no se sabe si son militantes de Morena o empleados de Bienestar y cómo no confundirlos si utilizan los mismos chalecos guindas para ser identificados. Así que, el gobierno adoptó como “color de identificación oficial la guinda” y Morena explota el mismo color de identidad en los chalecos de la militancia. La perfecta simbiosis de la simulación que les permite actuar impunemente.

El 6 de septiembre, habiendo dado inicio el proceso electoral constitucional, la dirigencia de Morena estará ungiendo a Sheinbaum como la coordinadora de los comités de defensa de la transformación ¿Y Marcelo Ebrard? Tendrá que tragar sapos.

A Marcelo lo acomodará el Presidente como futuro coordinador de alguna de las Cámaras, sea la alta o la baja. Da igual. Lo que importa es el premio de consolación y no quedar fuera de la nómina o del presupuesto federal. AMLO quiere seguir controlando la siguiente administración federal, así como ambas Cámaras. Por esa razón es que, López Obrador, pretendiendo erigirse como demócrata, inventó el amañado juego de la contienda interna, cuando que él mismo, desde la Presidencia de la República, impuso las reglas de participación y las 6 corcholatas aceptaron subordinarse al juego impuesto por Andrés.

Ebrard no emigrará a otro partido, estará cavando el funeral de sus aspiraciones políticas presidenciales. Carece de cualquier posibilidad de triunfo. Es más, ningún otro partido lo aceptará ¿Jugársela con el PT, el Verde o MC? Su destino: el desierto.

AMLO tiene el “compromiso” que no suele cumplir, con otras 2 corcholatas morenistas. Para Adán López, seguramente le espera otra coordinación legislativa. Y, el escurridizo, taimado y cobarde de Ricardo Monreal, espera, hora sí, la candidatura de la Ciudad de México, que en el 2018 le fue negada por el mismo que hoy vuelve a repartir candidaturas, dado que correspondía al tibio y conformista de Monreal, pero López Obrador ya tenía a Claudia, quien logró mimetizarse a imagen y semejanza del mismo arbitrario de López Obrador.

De tal suerte que AMLO le trazó la línea o el futuro político, por segunda vez, a Marcelo Ebrard Casaubón, quien no será el candidato de la coordinación de la alianza morenista.

AMLO aún conserva la suficiente fuerza y poder para destruir o catapultar a sus cercanos. A Ebrard no le queda otra que aguantar y aceptar la humillación. Se creyó el juego “democrático” que desde un inicio estaba truqueado. Andrés López acostumbrado a jugar sucio, primero la apetencia de sus intereses.

Mientras que a los morenistas se les prohibió hablar mientras les entregan el resultado, los miembros del Frente Amplio por México, celebrarán en todos los estados de la República Mexicana, mañana domingo 3 de septiembre, el ungimiento de Xóchitl Gálvez Ruíz, en su calidad de Coordinadora del Frente Amplio por México. “C’est fini”.

A los morenistas perdidosos les esperan varios meses de inactividad. Nadie cree que estos trabajarán bajo las órdenes de la predilecta de López Obrador.

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