Importante acatar las recomendaciones para evitar hepatitis.

Con motivo del Día Mundial contra la Hepatitis, conmemorado cada 28 de julio, la Secretaría de Salud del estado de Querétaro da a conocer información importante acerca de esta enfermedad.

Las hepatitis virales son una de las causas principales de daño hepático en México. Existen 5 tipos de Hepatitis virales: A, B, C, D y E; los tipos de Hepatitis más prevalentes a nivel mundial y en México son A, B y C.

La Hepatitis A es la más frecuente, particularmente en los niños (también denominada hepatitis infecciosa). Este virus se transmite cuando alguien ingiere agua o alimentos contaminados con heces infectadas o por malas prácticas higiénicas y de saneamiento.

Puesto que la Hepatitis A puede ser una infección leve, particularmente en la infancia, es posible que algunas personas no se den cuenta de que han contraído la enfermedad y pase desapercibida y  sin diagnosticar.

Generalmente el virus de la Hepatitis A no es causa de enfermedad hepática crónica; pero en casos raros se pueden presentar casos complicados que pueden ocasionar la muerte. En el estado de Querétaro se presentan casos cada año, principalmente en edad escolar.

Las medidas generales de prevención para la Hepatitis A son:

Lavarse las manos con abundante agua corriente y jabón antes de comer y después de ir al baño.

No consumir pescado o mariscos crudos. 

Beber agua purificada o hervida.

Las recomendaciones para las personas que padecen esta enfermedad son: Aislamiento conveniente para su atención a fin de evitar el contagio. Extremar las medidas de higiene y conveniente desinfección de la ropa personal y de cama. Intensificar el lavado de los utensilios de uso exclusivo del paciente y vajilla. Aumentar las medidas de higiene con respecto a los sanitarios y/o elementos que los reemplacen (cómodos, bacines, etc.) utilizando permanentemente agua con cloro.

Los familiares y personas cercanas al paciente deben realizar limpieza y desinfección del baño después de que sea utilizado. Intensificar las medidas de higiene personal y de la ropa, ya sea interior, de cama o uso doméstico y de los utensilios y la vajilla. Consulta oportuna para el control clínico y de laboratorio.

En la vivienda es necesario mantener un aseo e higiene constantes; las habitaciones ventiladas; no dejar la basura en el suelo, recolectarla en bolsas y depositarla en recipientes cerrados. Los baños deben higienizarse diariamente con agua clorada; no utilizar los mismos elementos de limpieza del baño en la cocina. Tener control de la red de abastecimiento de agua y limpieza del tanque o cisterna (fondo, paredes y tapa) con cepillo y cloro, dejar circular el agua por cañerías y grifos durante 5 minutos. Luego cargue nuevamente y deje circular agua limpia por las mismas hasta que desaparezca el olor a cloro.

En Querétaro en las instituciones de salud del sector público en el año 2016 registraron 605 casos de hepatitis A, y en lo que va de 2017 se han registrado 169 casos. Con relación a Hepatitis B se confirmaron 7 casos en el 2016 y 11 con diagnóstico de Hepatitis C, cifras que se encuentran dentro de un comportamiento esperado.

 

Por otro lado, la hepatitis B puede provocar un amplio abanico de síntomas, desde malestar general hasta enfermedad hepática crónica que, a la larga, puede desembocar en un cáncer de hígado. Se transmite a través de fluidos corporales infectados, como la sangre, la saliva, el semen, las secreciones vaginales, las lágrimas, y la orina; mediante transfusiones de sangre contaminada; al compartir agujas o jeringuillas infectadas para inyectarse sangre; o al mantener relaciones sexuales con una persona infectada por el virus de Hepatitis B

Se cuenta con una vacuna para proteger contra la hepatitis B, indicada en grupos de alto riesgo como son: recién nacidos de madres HBsAg positivas, personal de salud, pacientes en hemodiálisis, usuarios de drogas inyectables, receptores de sangre o derivados, convivientes de portadores crónicos de HBsAg y HBeAg, inmigrantes o refugiados de áreas que presentan altos índices de endemicidad, entre otros.

La Hepatitis C puede producir síntomas muy parecidos a los provocados por los virus de las Hepatitis A y B. No obstante, la infección por el virus de la Hepatitis C puede conducir a una enfermedad hepática crónica y es el principal motivo de trasplante de hígado.

Este tipo de hepatitis puede transmitirse al compartir agujas y jeringuillas para inyectarse droga, al hacerse tatuajes o piercings con instrumental no esterilizado; mediante transfusiones de sangre (actualmente se hacen controle sistemáticos a los donadores); mediante el contagio de un recién nacido por su madre infectada; través de las relaciones sexuales.

La Hepatitis, en sus primeras etapas, puede provocar síntomas parecidos a los de la gripe, como:

Malestar general

Fiebre

Dolores musculares

Pérdida del apetito

Náuseas

Vómitos

Diarrea

Ictericia -coloración amarillenta de la piel y de la esclerótica (blanco del ojo).

Si la Hepatitis progresa, los síntomas comienzan a apuntar al hígado como origen de la enfermedad. Las sustancias químicas que segrega el hígado habitualmente empiezan a acumularse en la sangre, lo que provoca: ictericia, mal aliento, sabor amargo en la boca, la orina se vuelve oscura o del color del té, las heces se vuelven blancas, claras o del color de la arcilla; también puede haber dolor abdominal, concentrado bajo las costillas del lado derecho (sobre un hígado inflamado y dolorido) o bajo las costillas del lado izquierdo (sobre un bazo dolorido).

Todas estas formas víricas de Hepatitis se pueden diagnosticar y puede hacerse un seguimiento de su tratamiento mediante análisis de sangre.

 

 

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